El baño sangriento de Melbourne

Por: Silvia Tomás Valencia

Los juegos olímpicos de Melbourne 1956, apodados “los juegos amistosos”, están marcados, irónicamente, por la pelea que tuvo lugar entre los waterpolistas húngaros y soviéticos.

Un importante evento tuvo lugar en este año: la revolución húngara de 1956, que es uno de los momentos más trascendentes en la historia de esta nación. Los húngaros estaban cansados de que el gobierno estalinista controlado por la URSS, estuviera a cargo de su estado, por eso el  23 de octubre de 1956, tuvo lugar una manifestación liderada por estudiantes y escritores, que se dirigió al parlamento Húngaro, para pedir la liberación del control de la Unión Soviética. Los estudiantes fueron encarcelados y debido a esto millones de personas salieron a las calles de Budapest para apoyarlos y conseguir su liberación.  La Policía Política intervino y abrió fuego  indistintamente contra la gente, causando muchas muertes y heridos; esta situación provocó que la revuelta se extendiese por todo el país.  El gobierno conducido por el Partido Comunista  fue derrocado, además  los civiles se organizaron y combatieron a las milicias soviéticas y a la policía política. Los  pertenecientes  al régimen saliente fueron  encarcelados o fusilados, se convocaron elecciones y se rompieron las relaciones diplomáticas con la URSS. Tras esto Hungría recibió múltiples  y brutales ataques que provocaron el fin de la revolución.

Mientras todos estos acontecimientos tenían lugar, la selección de waterpolo de Hungría estaba preparándose para los Juegos Olímpicos, con la intención de  retener el oro que consiguieron en los juegos de  Helsinki 1952.

Las primeras eliminatorias de los húngaros acontecieron sin  ningún altercado (vencieron a Estados Unidos y a Gran Bretaña), pero en la segunda fase se tenían que ver las caras con los soviéticos. Ambos equipos estaban invictos y el resultado era la clave para conseguir el oro. Tras todos los acontecimientos, el ambiente era muy tenso; el waterpolo es  de por sí un deporte en el que hay mucho contacto, pero en esta ocasión el partido fue extremadamente físico, con mucho intercambio de patadas y puñetazos.

waterLa grada de Hungría alentaba con fervor a su equipo y a  falta de un minuto para el final, y con un marcador de 4-0 favorable a Hungría,  la confrontación llegó a su culmen;  las malas palabras se convirtieron en hechos y finalmente un jugador del equipo soviético (Valentin Prokopov), propinó un puñetazo a  Ervin Zador,  jugador del equipo húngaro, lo que le provocó un gran corte en el párpado derecho. La herida empezó a sangrar y tiño el agua de rojo; esto provocó que todos los jugadores empezaran a pelearse. A falta de un minuto y  para evitar una revuelta de mayores dimensiones, el partido fue suspendido y debido al marcador, se proclamó ganador a Hungría.

Esta historia llegó al cine, por un lado en 2006 con la ficción “Children of Glory” y por otro lado el documental “Freedom’s Fury”, producido por Quentin Tarantino y Lucy Liu.

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